Autores en Comic Con 2013: Catrileo

Después de un par de semanas retomo la serie de presentaciones autores nacionales emergentes que expusieron en la Comic Con Chile 2013, algunos de los cuales ya han sido presentados por NickTransporter. Ahora es mi turno el traerles más de lo que mucha gente pasa por alto cuando se enfrenta a lo popular del mercado internacional. Me refiero a la producción nacional emergente, que lentamente se afirma dentro del aún en pañales medio comiquero nacional. Y hoy es el turno de Catrileo, cómic chileno creado por Claudio Castañeda (escritor) y Tomás Fernández (artista).

Voy a volver un poco atrás en el tiempo, al momento exacto en que se llevaba a cabo la FIC (Feria Internacional del Cómic de Santiago) y el momento en que vi a Claudio Castañeda exponiendo su cómic Catrileo en un banco. Sí, un banco. Sin embargo, la actitud de Claudio fue loable, ni una queja y siempre positivo, y con una disposición enorme para dar a conocer su obra.  Ya para el siguiente día, el escritor había conseguido un sitio más apropiado para mostrar su trabajo, lo que no podía ser de otra forma, ya que Catrileo se convertiría en el ganador del premio FIC al Mejor Fanzine Chileno del 2012.

Por supuesto, tremendo trabajo no podía no estar presente en la Comic Con, si ésta se preciara de ser realmente una convención de cómics, y no en un banco otra vez, obviamente. Estás vez pudimos encontrarlo allá en el fondo donde estaban todos los autores nacionales, el lugar para quienes no pueden pagar un stand más privilegiado, pero como diría Claudio «a caballo regalado no se le miran los dientes… nosotros estamos acá como expositores, postulamos a la Comic Con y quedamos, en ese sentido no tenemos nada de que quejarnos».

En cuanto a su producción, lo que a nosotros convoca, Catrileo es un cómic en blanco y negro, con todas las facilidades que entrega una producción así para su publicación (reducción de costos y todo lo que esto implica) y que, además, puede mostrar todas las virtudes y falencias del artista al no «enmascarar» con color los posibles errores en el dibujo, lo que dice mucho la calidad que en las páginas de Catrileo puedes encontrar. A mí mente viene el recuerdo de lo que dijo Eduardo Risso (dibujante DC Comics/Vertigo y ganador de varios premios Eisner) en una conversación que sostuvimos en la pasada FIC, «todo el mundo recurre al falencia de la tinta con el color, Estados Unidos impone el color para cubrir horribles trabajos en blanco y negro», lo que no pasa en el caso de Catrileo.

Luego de leer las primeras páginas del primer volumen de la serie, nos damos cuenta de que esto no es sólo un clásico cómic diseñado con viñetas, sino que incluye documentos (como cartas, declaraciones, etc) los cuales profundizan en el carácter de los personajes y que, además, dan un contexto y contenido único a la historia. Y es con el estilo insinuante de Claudio que la intriga aumenta con el paso de las páginas, mientras se nos entregan distintos niveles de información que se tejen en una historia repleta de simbolismos, la cual es apoyada por el arte detallado y sólido de Tomás.

Catrileo se enmarca en la actualidad de Chile, mezclándola con mitología mapuche, historia, fantasía, política, pasajes oníricos para crear una nueva realidad. La historia se desarrolla a partir de un episodio fantástico en el cual Michimalonko, quien quemara la ciudad de Santiago un 11 de septiembre, fecha que se desliza suavemente para dejar ver atisbos de teorías conspirativas, regresa  para atacar el Costanera Center, símbolo del progreso de Santiago, «el gran falo representativo de la ciudad» en palabras de Claudio.

Tras el atentado, un fiscal de ascendencia mapuche inicia una investigación junto a un subcomisario de la PDI y «descubren documentos secretos de la DINA donde ya se consignaba la presencia de Michimalonko en otros períodos de la historia.» El fiscal mientras más profundiza en esta investigación, más se da cuenta de los poderes ocultos que hay detrás y que su destino está ligado a eventos que él mismo no puede explicar, lo cual lo va sumiendo en un conflicto interno, entre sus orígenes y su ‘yo’ actual, que no es más que reflejo de la misma sociedad chilena…

En lo personal, admiro mucho la perspectiva que vemos en Catrileo, de hecho es lo que más me gusta, ya que por mucho que estemos en frente de conceptos críticos de la sociedad ya conocidos por el discurso de los «actores políticos» chilenos, lo que está presente en este cómic es el valor de «juguetear» con esos conceptos sin caer en la propaganda; no imponiendo un criterio, sino que estimulando la mente para crearlo. Éste para mí es el verdadero valor de Catrileo.

Para quienes quieran profundizar más en este cómic en progreso (el cuarto episodio verá la luz en aproximadamente 2 meses, según nos reveló Claudio), sus autores tienen una edición digital y otra en papel. La digital fue pensada para «todos aquellos que no tengan los recursos, pero les gustaría leerla» y, obviamente, la edición en papel para aquellos con recursos (ni que fueran tan caros tampoco) y que, además, quieran apoyar a este par de artistas chilenos comprándoles sus cómics que ellos mismos crean y publican. Puedes encontrar los 3 episodios de Catrileo en su página.